Que los políticos saquen las manos sucias de la Justicia. Que los magistrados y jueces a nivel nacional actúen en derecho, por una justicia imparcial a independiente. Que los compadrazgos y los favores no escriban ni dicten los fallos y las sentencias. Que se elija a los mejores candidatos a la Corte Nacional con una hoja de vida limpia, que paguen impuestos y no ostenten fortunas sospechosas. Que la formación académica e intelectual de los magistrados se muestre en la calidad de sus argumentos en las sentencias y escritos. Que brille una redacción clara, no enredada ni confusa y con calidad literaria mínima y fundamentos de derecho sólidos. Que los justos estén en la calle y los pecadores tras las rejas.