Cuando honestamente se trabaja en beneficio de una comunidad, no se la engaña, no se la agrede, no se la ofende y no se la esquilma, pero todo esto han hecho las autoridades, tanto nacionales como locales.
Nos referimos a: conceder el permiso para readecuar la bomba de gasolina -virtual bomba de tiempo- en las avs. E. Alfaro y Amazonas; elevar -fuera de toda consideración- los cobros en el Registrador de la Propiedad; tratar de legalizar a más de 8 000 innecesarios e ilegales taxis; elevar a la categoría de predio rural a la ciudad de Quito -al solicitar el trámite de implantación con GPS de los lotes de terreno ubicados dentro del perímetro urbano- sin considerar que ya contaban con la aerofotogrametría del IGM; el proponer el aumento del horario del pico y placa -en detrimento de las personas que dependen de su vehículo para trabajar- y dejando liberados (por conveniencia política) a los innumerables taxis; publicar en la Gazeta municipal el “logro” de haber patrocinado el paseo nudista en el Itchimbía; el promover el enfrentamiento entre hermanos en la audiencia del Crnel. Rolando Tapia (quien sufriera una descompensación en su salud); el defender a “capa y espada” a pésimos funcionarios estatales y municipales; y, eliminar la exención del pago de patentes municipales para los discapacitados (a pesar de haber constado dentro de los derechos en el tríptico del Conadis del año pasado).
Preguntamos: ¿estas autoridades son nuestros mandatarios o nuestros enemigos?…