Los indígenas, en la marcha de protesta del 13/08/2015, parecían hormigas, que van destruyendo y acabando con todo lo que encuentran a su paso. Dicen que aman la Pachamama, y no la respetan. Talan árboles de eucaliptos, prenden fuego para obstruir las vías carrozables. Entran a la ciudad y con ira destruyen las propiedades ajenas. Atacan y abusan de los policías que, sin armas, están propensos a ser golpeados con garrotes que le causan graves lesiones corporales. Con estas actitudes los indígenas demuestran su falta de cultura e hipocresía aduciendo que son flagelados, víctimas de la Policía Nacional.
Son fácilmente manipulados por políticos corruptos. Y así el Gobierno se preocupe de la salud y educación son pocos los que la asimilan. Y entre los que logran un título académicos, son mediocres. Bueno, ¿qué obtuvieron con la marcha? Nada positivo, 12 días, cientos de indígenas sin producir, obstaculizando y convirtiéndose en una pesada carga social para el país.