Los economistas mediocres

En honor a la verdad, en todas las profesiones existen buenos profesionales, malos profesionales, y… profesionales mediocres.

Los buenos profesionales hacen honor a sus conocimientos, los manejan de manera honesta y los aplican para obtener los mejor en beneficio propio y de la comunidad. Los malos profesionales se limitan a vegetar. Pero el verdadero peligro son los mediocres. Esos se creen con iniciativa e inventiva, son los que causan daño con decisiones equivocadas, y lo que es peor, se jactan de sus “conocimientos”, se vanaglorian de su título, lo exhiben con alardeos propios de su condición mediocre, y exhiben con impudicia sus errores, como si de logros se tratara. Cuando esos mediocres son economistas, y, acceden al poder, se transforman en una plaga que arrasa con todo, y, luego se pavonean mostrando desplegadas las plumas de sus “habilidades”. Hemos vivido una época en la que se entronizaron profesionales muy mediocres, pero especialmente economistas, que haciendo uso de lenguajes y términos “muy profesionales” embaucaron a todo un pueblo, durante una década. Los resultados se evidencian. 

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