Los hay para todos los gustos y colores. En un reciente viaje desde Esmeraldas me propuse ser todo lo respetuoso de los límites de velocidad que la buena educación vial me permitiera. Asco daba de lo respetuoso que iba.
Salí a 40 km/h porque era un centro urbano importante, luego pasé a los 90 km/h permitidos en plena carretera. De repente vi un letrero que decía 25km/h porque había un rompevelocidades antes de una gasolinera en medio de la nada. Solo un brusco frenazo consiguió bajar la velocidad de mi vehículo de repente. Volvimos a los 90 km/h para casi enseguida clavarme nuevamente en los frenos cuando en un caserío de cinco cabañas se fijaba en 40 km/h el límite para el sector.
Más adelante, otro poblado de ocho casas, tenía un límite de 30 km/h. Decidí no aplicar tan violentamente los frenos (para evitar que mis pasajeros se fueran de bruces contra el parabrisas y, además, que quien me seguía se estampara contra mi carro) pero resultó que, solo con levantar el pie del acelerador y frenar con precaución, se requería no menos de 500 m para bajar de 90 km/h hasta los 30 y entretanto el pueblo ya se había terminado.
A este punto, mi familia decidió divertirse en establecer cuántos límites diversos encontrábamos. Fueron ocho, créanme, lo digo en serio. Desde un absurdo 25 km/h hasta los 90 km/h en carretera pasando por 30, 40, 45, 50, 70 y 80. Sin criterio técnico ni justificativo alguno. Había poblados que tenían los referidos 30 km/h y otros de las mismas características lo fijaban en 40. En pueblos más grandecitos decía 50 para luego encontrar más adelante otro con 40, en sitios donde se hacían trabajos la velocidad permitida era de 45 y en sectores con curvas 80.
Además, y esto es de Ripley, ninguno indicaba cuándo terminaban tales límites (un letrero cruzado con una diagonal) por lo que estábamos obligados a adivinar que al desaparecer el caserío, se acababa el límite. Un verdadero galimatías.
¿Lo hacen adrede? Debe ser así, pues no se explica cómo en todo el mundo estos benditos límites son solo dos: 50 km/h en centros urbanos, 110 km/h en carreteras y punto.