Hermosa frase y consagrada en la Constitución de la República: “El derecho a opinar y expresar su pensamiento libremente y en todas sus formas y manifestaciones” (Art.66; n.6).
Pero lo sucedido con Janet Hinostroza, de Teleamazonas, resulta por de más paradójico, quien en una actitud valiente, frontal, decidida y debidamente sustentada, denuncia un hecho ilícito, como es la concesión de un préstamo por USD 800 000 a un dizque empresario argentino, incumpliendo con una serie de requisitos del propio Cofiec y en tiempo récord y en donde aparece involucrado un alto funcionario del actual Régimen. La mencionada periodista es objeto de amenazas de la manera más vil y cobarde, pero se llenan la boca diciendo que el Ecuador es “hogar” de la libertad de expresión, ¡cuánta ironía y descaro!
Por lo visto, uno de los idearios de la famosa revolución ciudadana del siglo XXI son los actos de corrupción, y en este Gobierno son incontables los que se han dado. Los corruptos son objeto de adhesiones y publicitados homenajes y los pobres cristianos que tienen la valentía de denunciarlos, son encarcelados, amenazados y perseguidos.