Legítima defensa y decisiones judiciales
La legítima defensa en nuestra legislación no está construida para la sociedad actual. Se volvió compleja, ineficaz y anacrónica, porque pone en desventaja a quien tiene que defenderse contra quien lo quiere agredir y da pie a cuestionar judicialmente la actuación de la fuerza pública.
Por eso la Fiscalía General del Estado y el Consejo de la Judicatura deben estar atentos a las acciones judiciales que se entablan contra los oficiales de la ley que hieren o matan agresores en defensa propia o de terceros, pues es probable que obedezcan a actuaciones organizadas de grupos delincuenciales que financian servicios legales destinados a crear el precedente de que agente de policía que hiere o mata a un criminal termina en la cárcel.
Si esto llega a ser cierto, quedaría en entredicho el servicio de seguridad ciudadana, aparte de que podrían haberse contaminado a funcionarios y por eso se generan decisiones judiciales controvertidas que alarman a una sociedad que no encuentra resguardo en el sistema de justicia.
Hace bien el gobierno en apoyar al personal policial, pero faltan reformas legales que les permitan una actuación más preventiva y eficiente, sin temor a ser amedrentados con juicios falsos o sentencias cuestionables.
Carlos Cortaza Vinueza
Discrepancia con un comentario sobre las embajadas
El Ministerio de Relaciones Exteriores en cada país es la columna vertebral. Es sinónimo de muchas referencias que se dan en su contexto; además, si la amistad de la nación en el mundo nos honra con un representante diplomático, estamos obligados a corresponder esa atención designando un representante diplomático de igual categoría; por ejemplo un Embajador Extraordinario y Plenipotenciario etc.
El Embajador, Ministro, Consejero y todos sus miembros acreditados en el país amigo están sujetos a cumplir con la misión a ellos encomendada y ¿cuáles son estas?
Muy especialmente velar por el bienestar de los nacionales ecuatorianos residentes. También es muy importante la tarea de buscar mercados y ofrecer todos los productos que se elaboren en Ecuador para las relaciones comerciales exportables que pueda ofrecerse al país anfitrión.
En consecuencia su misión será muy acertada e inteligente para la patria. Con mis consideraciones discrepo con el comentario que su prestigioso diario inserta en la publicación del día 20 de los corrientes firmada por el señor David Ernesto Ricaurte Vélez.
El nombre del Ecuador lo llevamos muy acendrado en nuestros corazones. El número de sus representantes debe ser en concordancia con las necesidades y correspondencia de la nación que nos acoge; no podemos de ninguna manera cuestionar el número de funcionarios como cita el señor Ricaurte de 2 o 3 funcionarios, estaríamos en el limbo no seriamos la república del Ecuador y nos conocerían como la línea equinoccial.
César Aquiles Vicuña Prieto