Frente al tormentoso tiempo de agresión auditiva y visual que nos espera a los ecuatorianos durante la inminente campaña electoral, propongo un par de textos.
Para los creyentes: “Entre ellos hubo también un altercado sobre quién de ellos parecía ser el mayor. Él les dijo: “Los reyes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los que ejercen el poder sobre ellas se hacen llamar Bienhechores; pero no así vosotros, sino que el mayor entre vosotros sea como el más joven y el que gobierna como el que sirve”. Lc22, 24-26 Para los demás: el libro que tiene ‘más de 5000 palabras’ es el famoso ‘Taote king’, el texto más profundo y enigmático de toda la literatura china.
Paradójicamente, el ‘Tao te king’ contiene un gran número de consejos dirigidos a los soberanos y a los jefes políticos y militares. Al igual que Confucio, Lao tzu afirma que los asuntos de Estado pueden ser dirigidos con éxito solo si el príncipe sigue el camino del Tao; en otros términos: si practica el método wu-wei, el ‘sin actuar’ o el ‘no hacer’. Pues “el Tao permanece siempre inactivo y nada hay que no haga” (31,1). De ahí que el taoísta nunca interfiera en el curso de las cosas. “Si los señores y los reyes fueran capaces de atenerse, a imitación del Tao, a esta actitud de no intervención, los 10 000 seres no tardarían en seguir por sí mismos su ejemplo” (37,2). Como el verdadero taoísta, “el mejor (de los príncipes) es aquel cuya existencia se ignora” (17,1).
‘De Gautama Buda al triunfo del Cristianismo’. M. Elíade. Ed. Cristiandad. Página 40.