Señor Guillermo Lasso, desde mi visión de economista liberal, le sugiero lo siguiente:
El socialismo heredado es insostenible, por la omnipresencia del Estado. Para promover la identidad ahorro-inversión y dinamizar la economía, debemos cambiar el sistema de seguridad social de reparto por uno de capitalización individual; pero, para que el monopolio público del IESS no desaparezca (y se vean afectados los actuales jubilados), hay que hacerlo competir, con administradoras de fondos privados (AFP’s). Para los socialistas, el desempleo es el problema. No les preocupa, ni la inflación ni el ahorro, creen que, mágicamente, dinamizando el consumo, se reactiva la producción. Si tienen que contratar más burocracia, lo hacen.
Los modelos keynesianos y cortoplacistas, pueden hacer crecer al país uno o pocos años, generando una efímera sensación de bienestar (por ejemplo: “el milagro ecuatoriano”). Pero, para desarrollarnos en el mediano y largo plazo, necesitamos modelos institucionales estructurales, como el libre mercado. Los países pobres son socialistas, las naciones ricas son liberales. ¡Aprendamos de la historia, hagamos reformas liberales y no seamos tibios!