El presidente Lasso ha demostrado ser un hombre con buenas intenciones, quiere solucionar algunos problemas que se vienen heredando de gobiernos anteriores, principalmente, de los dos últimos.
Bajo esta perspectiva, se envía proyectos de ley a la Asamblea para que sean analizados y si consideran pertinente aprobarlos. Sin embargo, estos proyectos contienen reformas que perjudican a los sectores que han sido golpeados por la situación económica del país, que son los de clase media y baja, económicamente hablando. Los de arriba no han sido afectados por la situación económica y social por la que atraviesa el mundo y lógicamente afecta al Ecuador.
Los derechos adquiridos por la población, en este caso por aquellos grupos de trabajadores, que para llevar un bocado, bien ganado, tienen que trabajar horas extras o suplementarias, no puede eliminarse, so pretexto de mejorar la economía y el buen vivir de la población, al contrario se debe procurar mejorar sueldos, aumentar el valor adquisitivo de la población, mover el aparato productivo.
La población debe tener dólares en sus bolsillos, pues mientras más dólares circulen, la reactivación económica será factible. Lamentablemente, somos un país dolarizado que dependemos de los recursos que ingresan sean por ventas externas o por impuestos. Qué hacer, abrir mercados a través de un sector productivo que aproveche las ventajas comparativas y competitivas que tiene el Ecuador, no esperar del gobierno y sus políticas, sino de iniciativas propias, es hora de que el sector, que más se ha favorecido, comience a ser el gran motor que el país necesita para su reactivación. Juntos sí podemos…