El lunes 21 de junio al sentirse mal de salud mi hijo, concurrimos al Dispensario de Cotocollao donde fue atendido en Urgencias, ñe proporcionaron 1 litro de oxígeno y recetaron Paracetamol; recibimos la indicación de que desde ese momento debía permanecer aislado y que el viernes 25 debía concurrir para efectuarle la prueba del hisopado.
Efectivamente ese examen se lo efectuó, dándonos indicación que en 3 días le llamarían para darle el resultado. Cómo no recibía la llamada, el martes 29 de junio concurrí al Dispensario a solicitar el resultado del examen y solo por la intervención de una funcionaria de la Dirección Administrativa se me entregó el mismo y el resultado era Positivo de covid, razón por la cual el médico que me entregó el certificado me indicó que debía llevar a mi hijo nuevamente a Urgencias para ser valorado y medicado.
Cuando nos acercamos a Urgencias me indicaron que no lo podían atender pues necesitaba hospitalización y me dirigiera al Andrade Marín; en este Hospital le midieron la saturación e indicaron que no debía ser hospitalizado sino solo medicado, pero no me podían dar ninguna receta pues solo medicaban a quienes los internaban y que fuera a un dispensario, y que el más cercano era el de la Marín. Al concurrir a este Dispensario, igual se me indicó que en Cotocollao estaba su historia clínica y me dirigiera para allá.
Resulta ilógico e incomprensible que se tenga a un enfermo positivo de covid, recorriendo todo Quito sin recibir la ayuda médica que requiere. Por las razones expuestas decidimos retornar a nuestro domicilio y buscar ayuda médica particular. No es justo que ese sea el trato a los afiliados que mes a mes aportan al IESS y en un momento dado requieren de atención en su salud.