La falta de pensamiento crítico y hábitos de lectura son fundamentales para el adoctrinamiento sistemático en escuelas colegios y universidades de Latinoamérica. Lamentablemente, la juventud latinoamericana se encuentra desinformada, lo que resulta beneficioso para los políticos tradicionales, puesto que una juventud que no lee es mucho más fácil de manipular. Una muestra de este fenómeno es lo sucedido el pasado 25 de septiembre en Uruguay.
Varios colectivos LGBTQ se manifestaron en las calles; sin embargo, los dirigentes habían anunciado que la marcha no era política, sino por derechos. A pesar de aquello, se visibilizaban carteles que expresaban rechazo a la derecha uruguaya que, según ellos, son los que luchan para que no puedan ejercer sus derechos. Es aquí donde surge lo interesante, estos colectivos manifiestan constantemente su odio hacia el capitalismo y el “neoliberalismo”. Pero se olvidan de la historia, porque en realidad, fueron en los países liberales y capitalistas donde conquistaron la única igualdad legítima: la igualdad ante la ley. Al contrario, fueron los gobiernos de izquierda como la URSS, Cuba y China que perseguían a los homosexuales y los sometían a tratos inhumanos.
La izquierda, que históricamente los discriminó, ahora los utiliza con fines políticos. Se aprovechan de su desconocimiento para manipularlos a su antojo, por eso es que vemos en todos los países de la región que aparecen banderas y carteles con la imagen del Che Guevara, un personaje que manifestaba constantemente su repudio a las personas homosexuales y que, en la época de la revolución cubana, fue el encargado de organizar campos de trabajo para personas con una orientación sexual diferente a la tradicional. Por eso es reconocido por su frase: “el trabajo los hará hombres”.
Este comentario no critica ni se opone a la orientación sexual de cada persona, solamente pretende exponer el resultado del adoctrinamiento sistemático de la izquierda, que pretende establecer a los colectivos LGBT como enemigos del capitalismo, cuando fueron en los países que manejan este sistema económico donde han podido trabajar para la consecución de sus fines. Pero al final del día, el malvado es el sistema capitalista.