El equipo ecuatoriano de mejores resultados y mayor prestigio necesita un director técnico y jugadores de jerarquía, a fin de reverdecer su reconocimiento y categoría internacional.
En los últimos años, el equipo se ha desempeñado sin mayores logros, a vista de buenos hinchas, seguidores, y aficionados al buen fútbol. Primero, requiere un director técnico de mayor categoría, que potencie las capacidades de los jugadores: imponga disciplina y mejor comportamiento en la cancha, para evitar expulsiones absurdas; evitar errores que le han significado pérdidas monumentales, a nivel local e internacional; control del balón, conducción del balón con cabeza levantada para tener mejor panorama de compañeros y del equipo contrario; precisión de pases, hacer las pausas; elevar centros precisos, cabecear y patear en la dirección deseada-colocación del cuerpo, pegarle el momento preciso para que no se eleve y vaya en la dirección deseada-. Segundo, los jugadores nacionales y especialmente extranjeros que han llegado, con alguna excepción, no han estado a la altura de las necesidades y circunstancias; los extranjeros no deben jugar unos pocos minutos, deberían marcar la diferencia.
La mayor parte de los jugadores, no fueron ni son formados en escuelas, son futbolistas por generación espontánea; en consecuencia, tienen muchos vacíos y defectos en los fundamentos. Se necesita mejores procesos y un maestro que corrija lo dicho. Se me viene el recuerdo del “Mariscal Ocampo”…Un verdadero maestro y formador de futbolistas, de él aprendieron grandes jugadores todo lo señalado anteriormente, otros también aprendimos…
Los dirigentes tenían dificultades económicas, ahora agravadas por la pandemia. Administrar un equipo como Liga, no es fácil; “no es de soplar y hacer botellas”; sin embargo, deberían ver “bien el fútbol” y lo que pasa en el equipo.