Tal parece que solo ‘dos días’ dura la preocupación social cuando sucede algo. El reciente temblor de 4.0 en la escala de Richter registrado el día 29 de octubre en Guayllabamba dejó como resultado varias casas agrietadas, deslizamientos y daños en un puente cercano a la capital. Este temblor fue sentido en la ciudad de Quito y sectores aledaños a la misma.
Seamos conscientes de lo siguiente:
Este suceso vuelve a plantear el tema las infraestructuras antisísmicas. Como es conocido por muchos, estas infraestructuras son casi inexistentes en la capital, en caso de haber un temblor de dimensiones mucho mayores, tendríamos como resultado destrucción y caos en Quito.
Es hora de poner en marcha planes que promuevan la mejora de las infraestructuras en Quito, así como incorporar en la planificación urbana los planes antisísmicos, ya que como todos sabemos nos encontramos en el llamado Cinturón de Fuego, por lo que existe un alto nivel de riesgo, para así evitar que incidentes como el sucedido recientemente tengan un efecto mayor.
Ojalá no tenga que ocurrir una catástrofe para que se ponga en marcha planes, pues, es mejor prevenir que lamentar.