Al paso que va la justicia sería de iniciar una “galería de inocentes” ya que los señores jueces no quieren ver lo que la Fiscalía señala con pelos y señales. Es decir, la culpabilidad de los sindicados autores de los más variado delitos y que exigen todas las garantías que nuestra ley penal contempla para su enjuiciamiento. Los señores jueces utilizan a discreción las medidas alternativas, muchas veces, por presión de las partes interesadas, y ordenan que los acusados porten el famoso grillete que va oculto en su cuerpo, por lo que pueden pasearse muy orondos sin que sean reconocidos y dejando a la Fiscalía en la indefensión y con “el premio consuelo” de la apelación que muchas veces no prospera por la acumulación de causas que deben resolver. Es incuantificable el monto de dinero que ha sido sustraído de las arcas públicas, al punto de que, de recuperarse, fácilmente se podría financiar el presupuesto nacional. Es risible el dato que proporcionó el Procurador del Estado que por el concepto de multas ordenadas por los jueces en las sentencias emitidas, se ha recaudado un millón de dólares, lo que revela que no hay una forma expedita para que se cumpla esta disposición que permitiría descubrir en dónde se encuentran ocultos estos recursos. Los acusados tienen la ventaja de contar con el patrocinio de abogados costosos y que están prestos a hacer incidentes procesales a fin de que se haga difícil la recuperación de los dineros. El Doctor Velasco Ibarra frente a la impotencia de que estos profesionales que se prestan a leguleyadas de toda clase, los calificó como “Abogadillos sin conciencia”, para magnificar el papel que desempeñan en los procesos y que impiden una correcta administración de justicia.