El artículo 237 de la Ley de Seguridad Social establece que el 60% de las pensiones de sus afiliados serán cubiertas por el IESS y el 40% por el Estado. La Asamblea Nacional ágilmente reemplaza este artículo por otro, que desconoce el porcentaje que el Estado “tiene la obligación” de cumplir con sus afiliados.
Las pensiones de los jubilados en el país están en riesgo. Desaparecer la base legal que justifica este derecho traerá como consecuencia el desfinanciamiento del fondo de pensiones para las futuras generaciones, puesto que sus haberes se encuentran en peligro.
En 12 años las pensiones por vejez, invalidez y muerte estarán desfinanciadas. El Estado es el más grande moroso de los patronos con el IESS, que es la caja chica de los gobiernos de turno. Quien no cumple sus obligaciones con el IESS debe cubrir grandes multas, mientras el Estado solo paga intereses.
Los derechos no se “garantizan” ¡se cumple con ellos! ¿Qué pasó con la ciudadanía, los trabajadores, jubilados, organizaciones laborales y sociales, maestros y estudiantes que guardan silencio ante la injusticia y el desconocimiento de leyes laborales?
Las amas de casa hoy están siendo burladas con aportes al IESS, que no les “garantizan” prestaciones de salud o riesgos del trabajo, ¿Es que tenemos un pueblo anestesiado, temeroso o indolente que prefiere guardar silencio ante la sinrazón y el abuso permanente que se apodera del país?
Por el hecho de ser viejos a los jubilados se los considera una carga, un gasto y un problema sin tomar en cuenta que la experiencia y el conocimiento que los “viejos” transmiten a la juventud es la fuerza laboral que mueve la economía del país.
¿Los viejos son una burla y un problema para quienes creen que el poder y la juventud será para toda la vida?
Para mantener el Sistema de Seguridad Social, según esta “innovadora” propuesta, habrá que subir el aporte de los afiliados, la edad de jubilación o el cálculo de la pensión. En tiempos de revolución, los jubilados están condenados a la desocupación y a enfrentar la disminución de sus pensiones jubilares que les sirven para sobrevivir.