“Robar a la Nación es robar a todos; el que roba es dos, cuatro y diez veces ladrón; roba al que ara y siembra, roba al que empina el hacha, al que acomete al yunque, roba al que se une al trabajo común con el alma puesta en su pincel; roba al agricultor, al artesano, al artista; roba al padre de familia; roba al profesor; roba al grande, roba al chico. Todos son contribuyentes del Estado; el que roba al Estado a todos roba, y todos deben perseguirlo por derecho propio y por derecho público. ´Roba pero hace´, frase que todos debemos condenarla y borrarla de nuestras mentes”.
Muchísimos ecuatorianos desconocen el pensamiento de Juan Montalvo, hombre de visión, literato y escritor, cultor de virtudes y valores, quien hace cerca de 150 años, se expresó en términos de vigencia actual.
La corrupción definitivamente ha sentado sus dominios en Ecuador. La patria jamás ha visto tanto cinismo. Los delincuentes son funcionarios públicos que irrespetan situaciones críticas de dolor, enfermedad, angustia y peligro para toda la población como el covid-19. La justicia ofrece llegar hasta las últimas consecuencias, aplicar todo el rigor de la ley pero la impunidad continúa. Estas condiciones pueden desbordarse y llevar al país a una violencia indescriptible y trágica.