A pesar de todo el esfuerzo que hace el Ejecutivo para frenar la delincuencia, no pasa de buenas y empíricas intenciones. El proyecto del Código Penal, solo la exposición de motivos tiene como cincuenta fojas. Una sociedad que se ha acostumbrado a la impunidad, a no reaccionar ante la violencia muchas veces institucional y tener como forma de vida un acceso a la justicia de un alto costo, en mi condición de ciudadana y abogada litigante por más de 27 años, considero que estas acciones mediáticas no dan ningún resultado, si como ciudadanos no actuamos por nuestros derechos. El sábado 29 de octubre del 2011, siendo aproximadamente las 07:30 en las calles Julio Zaldumbide y Coruña, en la ciudad de Quito, mi hermana al cruzar la calle Julio Zaldumbide, fue interceptada por un carro marca Chevrolet, color rojo, sin placas, y en su lugar un logo de “Automotores Continental”, saliendo de su interior un sujeto de unos 35 años con un cuchillo que se lo apuntó en la boca del estómago, quitándole todas sus pertenencias. Qué tiene esto de extraño, que fue asaltada al pie del retén de policía, que nunca acudió a los gritos desesperados de auxilio, retirándose los delincuentes como si estuviesen de paseo sabatino, dejando a mi hermana golpeada y gracias a Dios con vida. La Policía estaba cambiando de guardia y no se puede mover; al solicitarles ayuda comunicando por radio patrulla del robo o persigan a los delincuentes, la respuesta, ya deben de ir lejos, aconsejándola que para “la próxima vez”, “los llame para ellos llevarla”. Qué hay con las buenas intenciones y empíricas o mediáticas acciones del Gobierno. Nada va a parar la delincuencia.