En estos aciagos tiempos de pandemia, una de las recomendaciones de asepsia es lavarse las manos continuamente.
El alcalde de Quito, muy respetuoso de las disposiciones para evitar el coronavirus, ha hecho una interpretación extensiva de la medida de prevención, y ha decidido también “lavarse las manos” de todos los chanchullos suscitados en el Municipio. Es lamentable que la primera autoridad del Ayuntamiento tome la resolución de “enjuagarse las manos” y no asuma con responsabilidad y entereza los enjuagues en que han incurrido algunos funcionarios del Cabildo. Aunque el señor Alcalde use mascarilla, está bien identificado y no le exime de su obligación de velar por el buen uso de los recursos municipales con eficiencia, honestidad y oportunidad.
Debe comprender el burgomaestre que lavarse las manos solo sirve para evitar el contagio del covid-19, y no para el virus de la corrupción.
Dígnese quitarse la “mascarilla” para dormir tranquilo.