Parecería que la reestructuración de la justicia se ha reducido a la propaganda de la inversión en edificios y locales, nos olvidamos que a las instituciones las hacen las personas que trabajan en ellas, y en esta específica institución su honradez, independencia, transparencia, ética, cumplir la ley.
¿Importante contar con edificios funcionales y sistemas? Sí, indudable, hasta por autoestima, pero mientras no se comprenda que esto es solo una herramienta para cumplir con su responsabilidad, la Función Judicial no será la función en la que podemos confiar.
El Consejo de la Judicatura de la “nueva justicia” inicia con una deuda heredada desde el momento en que su proceso de selección no fue transparente, ojalá se prueben como personas rectas, hay un juez silencioso llamado conciencia que los juzgará a diario. Más allá de lo que la propaganda nos diga todos los días y a toda hora, una verdad a medias repetida mil veces no se convierte en verdad.