Vivo en el extranjero más de tres años por razones laborales. Todos los años trato de venir al país por unas semanas para visitar a mi papá y hermano. Llegue el día 7 de julio. El siguiente día, fui a visitar a mis suegros por la noche y así recoger a mi esposa e hija para llevarlas a
pasar con mi familia.
Ni 10 minutos pasaron cuando escuchamos gritos en la calle. Todos salimos a ver qué pasaba. También salieron vecinos. Para sorpresa nuestra, a mi cuñado que estaba junto a su esposa y dos pequeños hijos los habían asaltado. Unos delincuentes en un Corsa sin placas los tomaron por sorpresa, y con violencia física y psicológica les arrebataron sus pertenencias.
Pareciera un hecho aislado. El 20 de julio estaba tratando de comunicarme con mi hermano a su celular. Nos salía a mi esposa y a mí un mensaje de teléfono fuera de servicio. Nos llama inmediatamente mi hermano para decirnos que le habían robado el celular. Unos delincuentes en moto se le acercaron mientras él estaba en el carro que conduce y le pidieron armados el celular. Él se los dio inmediatamente.
Ambos episodios en tan corto tiempo. Gracias a Dios no le pasó a ninguno de nuestros familiares nada grave más que la pérdida de posesiones personales. Yo me pregunto: ¿dónde están las autoridades de turno para combatir la delincuencia? ¿Por qué tenemos nosotros los ecuatorianos que vivir en este estado de inseguridad? ¿Es este el Ecuador que queremos?