Inseguridad
Un matrimonio de los alrededores de la Avenida González Suárez nunca imaginó que una buena costumbre implicaba tragedia. Trotando la mañana de este lunes el esposo fue impactado por una furgoneta, dando muerte instantánea al inocente ciudadano, ante la desesperación y gritos de dolor de su pareja pidiendo auxilio en medio de la penumbra y alarmados moradores.
Una comunidad desprotegida, donde la ley es para el tontorrón, convivimos incivilizadamente por actuar incivilizadamente y la tragedia nos envuelve bajo formas solapadas y sutiles, protegida por la impunidad y la abulia institucional.
Esta anarquía es de siempre. Francachelas y pendencias constantes, harto alcohol y sonidos estridentes. Doble fila y grandes camiones ocupan garajes como zona de descarga y altaneros conductores bloquean entradas de edificios. Acomplejados Ben Hur ocasionan choques y frenazos. ¿Exageración? Pregunten a esa dolorida familia, cuyo pecado consistió en perseverar en una sana costumbre.