Quien no recuerda a su primer maestro/a, que nos abrió la luz del saber, las primeras letras, el amor al estudio, la formación intelectual, para ser personas de bien para la familia y la sociedad. Los maestros que entregaron su vida y sacrificio en aras del saber y del bien común y a quienes recordaremos por toda la vida.
Hoy olvidados y marginados por el poder central, en un gobierno carente de gratitud hacia quienes los formaron, les niegan el derecho ineludible a su jubilación, establecida en la vigésima disposición transitoria de la Constitución Y ahora, dizque por falta de recursos, no pueden tener su derecho a una jubilación digna por tantos años de servicio. Eso no pasa con los militares y policías, que con 30 años de labores y 54 de edad y con grados de general y suboficiales, reciben retiros y pensiones de ensueño, tornándose así en un discrimen social, que transgrede los principios fundamentales de los derechos humanos. A maestros les negaron acogerse a la jubilación, acceder a la bonificación jubilar y la acción de protección.
Le recuerdo al Sr. Presidente que él mismo dijo que ¡el capital humano está sobre el capital! ¡Cuánta injusticia se está cometiendo con los maestros!