Los ingresos fiscales

Desde el ‘milagro petrolero’ en 1970, la economía del país dio un giro radical al depender de su explotación y exportación generando muy significativos ingresos de divisas que han servido para alimentar las finanzas públicas, redistribuirlos en las ejecuciones presupuestarias de todos los años, constituyendo la principal fuente de ingresos del Estado.

El vuelco financiero público ha servido para incrementar gastos e inversiones en muchos casos no necesarias mientras gozábamos de altos ingresos petroleros. Pero los gobiernos no han tomado en cuenta que siendo un recurso perecedero, algún día las reservas hoy existentes quedarán en cero. Debemos agregar que ningún gobierno ha planificado varios escenarios que consideren fluctuaciones hacia arriba y hacia abajo de los precios internacionales del crudo, contentándonos con los clásicos ajustes meramente coyunturales, tradicionales, y recurriendo a más impuestos, limitando la estabilidad de la economía y en particular de la producción de bienes y servicios nacionales.

Ante esta realidad, debemos priorizar el régimen tributario interno a través de los tributos generales como el Impuesto a la Renta y el IVA (no subirlos) que siempre han sido los de mayor recaudación con tendencia creciente, no como resultado de una “cultura tributaria”, sino por el crecimiento natural de la economía. Si bien las recaudaciones se han incrementado, no contamos con una política y acción innovadora en esta materia. “Cultura tributaria” no es perdonar deudas, ni clausurar locales, es cumplir y hacer cumplir a todos por igual, facilitando su comprensión y con procedimientos al alcance de todos. En el Impuesto a la Renta existen innumerables exoneraciones y deducciones, haciendo que cada vez aumente la base exenta de personas naturales y disminuya el número de contribuyentes y la recaudación. También, entidades que gozan de exoneraciones de este impuesto, aunque sean sin fines de lucro, en la práctica sí lo son, o no reinvierten en sus fines como dispone la ley. El sistema tributario amerita una revisión integral urgente, para convertirlo en la principal fuente de ingresos sin incrementar tarifas ni tributos, y eliminando absurdas exoneraciones.  

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