“Datos no son información, información no es conocimiento, conocimiento no es sabiduría” (Souza). Los datos organizados bajo métodos consensuados son información, por ejemplo la ciencia, esa información adquirida por las personas pasa, dentro del cerebro de cada uno, a ser conocimiento. Cada uno interpreta la realidad de acuerdo a su experiencia, por eso es un error confundir información con conocimiento y asignar nombres que no corresponden: “Era del conocimiento” o peor “Ciudad del conocimiento” en vez de información.
El conocimiento que un individuo o grupo de personas pone al servicio de los demás se transforma en información, que pasará a ser conocimiento al ser interiorizado y transformado y, nuevamente, dar al resto como información. Por tanto: cada quien buscará la información que más le convenga de acuerdo con su realidad, necesidades y aspiraciones, por eso la información debe fluir libremente, proceda de cualquier fuente, más aún hoy en la ‘era TIC: tecnología, información y comunicación’.
Transformar en servicio público un derecho universal como la información y la expresión (art. 71), es no comprender las implicaciones y el significado del actual “cambio de época”.