La carita de Dios está en ruinas, no tiene norte ni guía. Obritas de relumbrón como enterrar cables, arreglar veredas y bordillos, monumentos a quindes y bulevares de poco uso, si bien son obras bonitas, no son prioritarias en una ciudad que clama por seguridad, limpieza y mejor movilidad, estas son las prioridades y lo que la mayoría espera y exige del Burgomaestre y su Cabildo.
Con las excepciones de rigor, los munícipes no actúan como ediles de una urbe de algo más de dos millones de habitantes, su accionar está mejor para la parroquia, el vecindario o la comuna. Esta ciudad necesita alguien con visión de futuro que sepa establecer norte y ejecute sin tanto bla bla bla, sonrisas, y gasto publicitario. Mucho proyecto, harto estudio y promesas no satisfacen las necesidades de la ciudadanía que clama por mejores ejecutorias. El centro, que ha visto mejores días, está en vías de convertirse en un muladar sucio, pintarrajeado y tugurizado. Ya veremos en la próxima elección cuál es la calificación que merecen el Alcalde y sus adláteres, habrá desengaños.
Esteban Serrano V.