He tenido el honor de que se me publicaran mis cartas, entre las cuales van críticas al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, la falta de profesionales médicos especializados, enfermeras, medicamentos etc., y lo más importante: el acceso a la atención por medio de citas médicas, mal que no se cura nunca; ya se han cambiado directores, administradores y el problema sigue latente.
Quiero testimoniar que, el martes 6 de los corrientes ingresó mi esposa al Hospital Carlos Andrade Marín, para una operación muy delicada que tenían que practicarla.
Cuál es mi sorpresa que al momento del ingreso, me pidieron que comprara un termómetro, y una receta de USD 3,40, es inaudito que una institución que maneja muchísimo dinero para el servicio de los pacientes, tenga que mendigar, con pequeñeces. ¡Increíble!