La Constitución de la República detalla las competencias de los Gobiernos Provinciales, estos dependen del grado de capacidad y autonomía de quienes lo conforman. Sus funciones son las de planificar, ejecutar, gestionar y fomentar actividades productivas, como todo organismo público están sujetos a los sobresaltos propios de la inestabilidad política ecuatoriana. ¿Qué pasa en Pichincha, existe esa dependencia?, en todas las campañas electorales ofrecen la autopista Quito-Guayaquil como hoy el tren eléctrico, ¿será que ya se está construyendo?, ¿del canal de riego Cayambe-Tabacundo alguien sabe algo?, el proyecto hidroeléctrico Toachi-Pilatón se promociona 30 años, hoy dicen que el BIESS hará el milagro(¿?), ¿del mantenimiento de las “autopistas” Calacalí-Nanegalito-San Tadeo-Mindo y Aloag-Tandapi-Santo Domingo donde los deslaves, accidentes de tránsito y víctimas mortales son constantes y se paga peaje, quién responde?, las vías en el sector rural de Pichincha están destrozadas y abandonadas, y la máxima autoridad, ¡en campaña permanente! Del auspicio al Congreso Bolivariano en Quito que culminó con el “viaje de turismo” al campamento de las FARC en Angostura, ¿ya se justificó o quieren hacernos olvidar? Trasladar gente para que aplauda los días sábados y malgastar el dinero del pueblo en propaganda para justificar la inoperancia es mentirle a la ciudadanía, ¿y las obras cuándo?¡La Provincia de Pichincha está abandonada!