Resulta menos que increíble que el Gobierno ahora quiera prescindir del personal médico que enfrentó en Guayaquil a esta desgracia de pandemia, siendo que el personal de salud esperaba por lo menos la estabilidad laboral por haber puesto en peligro su vida y la de sus familias.
El Gobierno puede aducir que no tiene dinero, sin embargo, si tiene para los partidos, 145 millones aproximadamente, y aún más pensiones vitalicias a presidentes y ex vicepresidentes. Lo cual debe ser anulado en su totalidad. Pueden acudir a la jubilación como todos los ciudadanos comunes. Otra fuente de dinero debería ser, la reducción de asambleístas, máximo 2 por provincia sin importar el número de habitantes. Así se ahorrar mucho dinero, para la primera prioridad destinar a la salud.
Resulta risible que el Ecuador apenas tenga camas de cuidados intensivos por decenas, mientras El Salvador con 500 millones tiene 1000 camas de cuidados intensivos.
La salud en esta época de pandemia debería ser la prioridad, para poder salvar vidas y reactivar la economía.