Es completamente indignante el hecho de permitir que a costa de la gran mayoría de la población, que a base a su trabajo ha logrado tener su casa, se deba pagar la ineficiencia de la administración municipal que no ejecutó el 20% de las asignaciones presupuestarias en obras que Quito, que como capital del país, lo requiere y que son de un permanente clamor: pavimentación, arreglos de aceras, arreglos de las ‘telarañas’ del cableado etc., etc.
Con gran desfachatez, se dice que con el incremento de impuestos prediales y a la plusvalía, el Cabildo aspira a recaudar más de USD 70 millones, me pongo a pensar si esa cifra es o no la que está dejando de requerir al Gobierno. Seguramente debido al déficit que ya se siente está atravesando el Régimen, este dinero no ejecutado ayudará a financiar los nuevos bonos que tienen que pagar a los “pobres” para sostenerse en el poder, o a los ingentes gastos que devienen de las manifestaciones gigantes que organiza el Gobierno en su respaldo. Pero los quiteños no lo permitiremos, el Alcalde ya no tiene el respaldo de la gente que votó por él, porque ya entendieron y palparon su incapacidad.