Esta es una pregunta que a menudo nos hacemos los ecuatorianos ante las arbitrariedades a las cuales nos someten nuestros políticos y gobernantes. Los elegidos ganan sueldos de reyes y manejan carros de lujo con choferes pagados por nosotros. Crean entidades desproporcionadas y las organizan en unidades con directores, subdirectores, secretarios, subsecretarios, analistas 1, analistas 2, técnicos, mensajeros y choferes. Son elefantes blancos llenos de burócratas que requieren de ingentes recursos para subsistir. ¿De dónde salen esos recursos? Seguramente de los impuestos “no recaudatorios” como el Impuesto Verde, que según el SRI solo constituye una “donación” discriminatoria inventada por el pasado gobierno. Nuestros “líderes” se rasgan las vestiduras con la utopía de sincerar la economía, y nos siguen metiendo la mano en los bolsillos creando impuestos sobre impuestos para financiar su inoperancia.
La gente en nuestro país en su gran mayoría tiene carros viejos porque no tiene la capacidad de adquirir carros nuevos. El gobierno no puede aprovecharse de esta limitación para inventar nuevos impuestos para sufragar sus necesidades, y los legisladores tienen el deber de corregir las torpezas de sus predecesores. Deberían comprender que importar vehículos nuevos significa salida masiva de divisas, aumento en el tráfico automotor y necesidad de incremento en la infraestructura vial. El Estado no debe aprovecharse de la situación para esquilmar aún más nuestros limitados ingresos.