De verde, nada. Un vehículo paga: aranceles, IVA, Corpaire, matrícula con varios ítems, negociado del SOAT que poco o nada sirve, financiamiento, seguro, sistema satelital, alarma y el ‘impuesto verde’. Aprobado por inanición de la Comisión, ¡en democracia, lo hacía el Pleno! ¿Por qué no controlan buses, camiones, y los vehículos del Estado que contaminan 365 días al año y más bien los premian? ¿Por qué el Presidente, Vicepresidente, ministros, jueces, comitivas, guardias pretorianas, asambleístas, concejales, asesores… hasta jefes departamentales públicos no usan carritos de 1 500 cm³? Año uno, se deprecia 20% (12% del IVA y 8% del bien), con castigo a la “viejez y cilindraje” la devaluación se acelerará. Valor agregado verde: el ‘chatarrismo’. A comprar carro nuevo, exprimir y contaminar más la Naturaleza: viva consumismo socia-listo-neoliberal. ¿Fórmula para comprar más carros chinos y otros? Uno viejito, bien mantenido, va despacio con poco combustible. Uno nuevo, por todas partes, a toda velocidad con tanque lleno. ¿Cuál contaminará más? En Cuba los de 1950, bien mantenidos andan 60 años y “contaminan menos que los dictadores de la isla”. En EE.UU. la matrícula de uno antiguo vale USD 32 y reconstruyeron 50 millones de motores en 2010 para alargar su vida útil. Dizque protegen a clásicos, si el impuesto verde hará que de aquí en adelante, no existan más.