No importa que se haya pagado 30 años de primas. Si el terremoto hubiera ocurrido al día siguiente de firmar el contrato del seguro, la Compañía tenía la obligación de pagar los bienes asegurados, en su totalidad. Se cubre el riesgo, independientemente de la variable tiempo. Este es la característica principal de uno de los mayores inventos de la humanidad, basado en las matemáticas actuariales correctamente aplicadas. Si el Ecuador usara esta herramienta correctamente, se habría evitado el desastre económico por la ruptura del oleoducto en 1987, al no incorporar, inexplicablemente, el riesgo de terremoto y lucro cesante, así como el efecto del fenómeno de El Niño en 1998, aún sin ninguna política de aseguramiento, uno de los principales factores del quiebre bancario.