El aspirar a ser presidente de la República requiere saber algo de legitimidad, de poder diferenciar en que para arribar a ese nivel se debe llegar dignamente, no se puede arribar habiendo estropeado los derechos de toda una nación al no haber transparencia en una elección. Como dicen, hay que saber llegar, no es solo ganando el voto de un pueblo honestamente, saber respetar el voto de los demás candidatos.
El fraude no puede ser parte de una elección democrática, ni parte de la mente de una aspirante a presidente, de existir esto, descalifica éticamente al candidato. A los candidatos se supone los escogemos entre los mejores ciudadanos, mejores en todo, pero no en el arte de, fraudulentamente, conseguir lo que desean, que eso en si no es otra cosa más que hurto.
El voto es sagrado, es el más alto deber ciudadano, no se puede jugar con él, las FF.AA. de existir, deben dar un paso, intervenir pues para eso justamente tenemos Fuerzas Armadas, no para reprimir a sus ciudadanos. De no existir FF.AA., estaría en los mismos ciudadanos el defender este supremo derecho.