La pregunta que muchos se hacen incluyendo a la presidenta Bachelet es: ¿el enemigo de la sociedad es la desigualdad? Los igualitarios al unísono dirían que, efectivamente este es el cáncer a vencer. Una sociedad sin ricos y todos pobres igualaría a todos en un solo nivel.
Por otro lado, los liberales pensamos igual que Adam Smith, que un sistema de libertad natural permitiría a todos ser eficientes y prósperos en la vida.
Como lo sostiene Smith en su libro liberal, ‘La riqueza de las naciones’. En la sociedad habrá médicos, carpinteros, ingenieros, administradores, políticos y más. No todos podrán ser profesionales de la medicina, precisamente porque no todos quieren ser médicos y no somos iguales. La naturaleza y el universo nos dio a todos los seres humanos diferentes facultades para encontrar el derrotero en lo que seremos eficientes y vendrá el bienestar por añadidura.
Lamentablemente algunos gobiernos dirigen al ser humano por la senda del paternalismo, del igualitarismo. Por ello se transita en el sendero equivocado.
Se mentaliza equivocadamente que la solidaridad es quitar a los que tienen para supuestamente pagar las injusticias. Lo lógico sería enseñar a todos que el ser humano es libre. Que las oportunidades de ser exitosos son iguales para todos. Que la iniciativa y creatividad son universales y nos hacen a todos ganadores, emprendedores. Que el Estado debe ser regulador y no interventor, ni coartar las maravillas extraordinarias del ser humano.