Es parte de nuestra forma de ser esperar hasta el último para realizar algo que debíamos ejecutar hace mucho tiempo. Consecuentemente, el paciente murió por no recibir a tiempo su medicina, los autos chocaron por falta de una señal de tránsito que debió colocarse el año pasado, se adquieren costosos equipos y no hay el espacio donde ponerlos a funcionar.
En el IESS, sus autoridades y funcionarios de segundo nivel se han confabulado para negar sistemáticamente el pago de la jubilación patronal a los ex servidores que laboramos en la entidad por más de 20 años, no quieren reconocer que sus dorados sueldos se gestaron precisamente durante 20 años, cuando el cambio de sucres a dólares generó un enorme superávit , que hoy día no saben ni en qué gastar. ¿Será necesario que alguno de los afectados, en su desesperación, decida quitarse la vida para que este derecho constitucional se concrete?