El 27 de junio, EL COMERCIO publicó en primera plana “Finanzas ofrece más bonos al IESS”. ¿Es esto potestad del Estado? ¿Es esto éticamente aceptable? El IESS es una institución autónoma, que tiene como fin el aseguramiento de los riesgos del trabajo de los trabajadores ecuatorianos, quienes contribuimos con aportes para que esta institución tenga los recursos para nuestra protección y ahora, la de nuestros familiares.
Los patronos están obligados por ley a contribuir, bajo la lógica de que son corresponsables con nuestro riesgo. Por cierto, ya desde hace muchos años en los foros especializados en la Seguridad Social, no se considera que existe el aporte patronal, sino solo el trabajador, puesto que el patrono cuando va a contratar a un trabajador presupuesta como parte del costo de contratación de dicho trabajador, el salario que debe pagarle y la contribución a la seguridad social que le corresponde hacer.
Es decir, en términos económicos, que parte del precio de la fuerza de trabajo es su protección o aseguramiento y por lo tanto, se puede inferir que el pago total de las primas de la Seguridad Social, se hace con recursos destinados al trabajador. Con este antecedente o sin él, ¿pueden los patronos no pagarle al IESS y entregarle unos pagarés?
En nuestro país, sus trabajadores y jubilados tienen una precaria situación en salud. Las pensiones son miserables y la atención en salud tiene un déficit estimado para el 2012 en alrededor USD 215 millones (EL COMERCIO, 27/7/2012).
Sin embargo, el Estado, principal empleador de nuestro país, no paga. ¿Qué tal que todas las empresas y patronos decidan entregarle unas letras firmadas con excelentes tasas de interés por concepto de aportes patronales, so pretexto que el IESS hace un gran negocio, mientras ellas financian la traída de maquinaria, la construcción de infraestructura y la publicidad de sus productos?
Esta es la propuesta del Estado, mientras miles de ecuatorianos esperan una cirugía o salen a comprar los medicamentos, porque no hay la plata para su atención. ¡Reflexionen señores gobernantes, están en el camino opuesto a su revolución! El IESS es de los trabajadores ecuatorianos y la salud está antes que las carreteras.