La ideología de género es el resultado de un movimiento de pensamiento, alrededor de la significación del término género y un modo de relacionar el género con el sexo. No hay que confundir el uso del término género con la ideología de género, así como el feminismo como movimiento social de reivindicación de la mujer, algunas feministas radicales utilizan el significado de género para implantar la ideología de género.
La Conferencia Internacional sobre población y desarrollo (El Cairo 1994), introdujo el concepto de derechos reproductivos y la IV Conferencia mundial sobre la mujer (Beijing 1995) resuelve la consagración de la llamada perspectiva de género, donde existe una gran confusión respecto al término género, actualmente abarca campos como el materialismo, la sexualidad, la corporalidad, las relaciones interpersonales, el matrimonio, la familia, la educación de los hijos, etc.
La posición de las más importantes iglesias en el mundo es que destruyen la creación de la sociedad que está basada en la dualidad natural hombre-mujer para la creación, cuidado y protección a través de la familia, y no por determinación forzada en la sociedad. La ONU cuela la ideología de género en su informe sobre el derecho a la educación, lo cual fue asumido por el Ecuador y otros países tercermundistas, obligando a que se levanten voces mayoritarias en contra, en todos estos países, por imponer esta ideología en la educación, determinando su pensamiento como único en la educación de los niños. Además señalan que la ONU no es un gobierno mundial, al determinar qué deben hacer cada uno de los estados, ignorando la labor e importancia de los padres, puesto que la educación no depende de los gobiernos sino de los padres.
La ONU, al tener representación global de los Estados Miembros, debe defender su única razón de existir que es el respeto a la diversidad. Los pactos políticos, sociales, culturales, no pueden estar sobre los Derechos Humanos y La Declaración de los Derechos del Niño, proclamados por esa Institución. La ONU, ni ningún país, puede tomar unilateralmente una línea partidista y sesgada en la educación de nuestros hijos, lo que discrimina y atenta contra el bienestar y desarrollo de los países en el tercer mundo.