La época invernal pone en evidencia la vulnerabilidad que tiene Quito en ciertos sectores, como es el caso del último hundimiento que se dio en el norte de la ciudad poniendo en riesgo vidas humanas. Gracias a Dios no hubo heridos, pero el susto de la ciudadanía y sobre todo de los vecinos cercanos a este tramo es para no dormir en paz. Es responsabilidad de los organismos municipales estar más atentos y no esperar que esta clase de altercados sucedan para hacer caso omiso.