Me fascina la posibilidad de un lindísimo hotel, en Riobamba, a cargo del Municipio, dentro de un precioso conjunto arquitectónico patrimonial en el Centro Histórico para revitalizarlo y embellecerlo, de manera que influya en el ánimo de las autoridades y de los ciudadanos en la búsqueda del renacimiento y la proyección de la ciudad.
En la “época de oro” de la hoy descuidada ciudad, las tres primeras décadas del siglo XX, se construyeron palacios, palacetes y casas de enorme valor artístico como consecuencia de su bonanza económica, de la presencia de inmigrantes europeos y libaneses y de arquitectos italianos: Hnos. Pablo y Antonio Russo, Francisco Manuel Durini, Pietro Fontana, Juan Bosseti…
Así, se levantaron, en la década de 1920, el palacio de la Sociedad Bancaria de Chimborazo (actual Correo) y los palacetes de los señores Eleodoro Castro, Vicente Antonio Costales y Nicolás Vélez, en la manzana de las calles Diez de Agosto, Primera Constituyente, Cinco de Junio y Espejo, frente a la plaza Maldonado, un maravilloso conjunto ideal para el fabuloso hotel de mis sueños.
A tales efectos, primero, el Municipio debe reclamar la reversión del inmueble que, en 1938, expropió a don Nicolás Vélez para cederlo, gratuitamente, a la Empresa de Ferrocarriles del Sur a condición de que traslade desde Huigra a Riobamba su “Oficina principal”. Ya no funciona en esta ciudad tal oficina, por lo que este lindo palacete está cerrado, abandona y destruyéndose.
Segundo, debería adquirir los edificios señalados, tomando en cuenta que ya es dueño del que fue de Vicente Antonio Costales. De esta manera, este bellísimo conjunto arquitectónico se destinaría para adaptarlo a un hotel cinco estrellas; tanto más cuanto que al interior de la manzana del presente caso hay un gran solar para levantar un edificio para salones, dormitorios y otros ambientes del futuro maravilloso hotel, en una perfecta conjunción de la arquitectura antigua y la nueva.
Alfonso Frey Pontón