El honor es una entelequia mientras la virtud es muy palpable. La primera es una cualidad artificial difícil de descubrir mientras la otra se identifica fácilmente. Las dos se relacionan muy estrechamente y sobreviven solamente en el ser humano en una eterna lucha para ver cuál es más importante. Las virtudes se originan en la formación y educación, es decir, no se nace con ellas sino que se van adquiriendo paulatinamente durante la vida. Se las aprende en el hogar y en el entorno en el que se vive. Suelen ser difíciles de lograr porque presuponen convencimientos, esfuerzos y persistencia, por eso es que son tan valoradas. La persona veraz o justa o sabia o comprensiva o de tantas otras virtudes fue siempre admirado de manera gratuita. En contraposición el honor es un invento del hombre para satisfacer el ego. El honor no se adquiere en casa o el hogar y tampoco cuando se nace. Se lo impuso desde la antigüedad como requisito fundamental para intentar demostrar autoridad y probidad y por eso su reconocimiento. Somos imperfectos. Honor y virtud. ¿Cuál prevalecerá?