¡Honestidad y sinceridad ante todo!
Los ecuatorianos esperamos que quienes lleguen a dirigir los destinos de una provincia, cantón y parroquia, trabajen con honestidad, sinceridad y de manera desinteresada a favor de quienes confiaron en sus planes de trabajo y propuestas de campaña.
Que se promueva una manera diferente de hacer una verdadera política de servicio, y no para aprovecharse de los recursos del Estado, en beneficio personal, familiar o de sus más cercanos colaboradores de confianza.
Es necesario terminar con el pago de favores y cuotas políticas, con el tráfico de influencias, con el abuso de poder y autoritarismo de determinadas autoridades, acabar con la persecución e intimidación al servidor público que piensa diferente, erradicar el acoso laboral; que la función pública cuente con personal calificado e idóneo.
Que las autoridades de turno, no estén solo pensando en ser nuevamente candidatos a alguna dignidad popular o quieran seguir viviendo de la política partidista, o que prevalidos de su cargo público, busquen acomodarse como docentes en alguna universidad del Estado. Que cualquier indicio de corrupción, tenga inmediatamente el seguimiento y sanción correspondiente, y que la fiscalización sea una norma permanente.