El himno a Quito

“Oh, ciudad española en el Ande, oh, ciudad que el Incario soñó, porque te hizo Atahualpa eres grande, y también porque España te amó”. Solo con entrar al centro de Quito quedamos delatados. Los rostros de la arquitectura colonial nos recuerdan que somos hijos de un matrimonio.

Indígenas y españoles impregnaron el ambiente de mestizaje. Sus aromas rondan en cada una de las esquinas de las empinadas calles. Una historia que fusiona lo mejor y peor de cada uno no puede avergonzarnos, cuando ahí mismo es donde se siente la esencia del Chulla quiteño. Ahí habitan Cantuña y otras leyendas, los coches de madera y los canelazos.

Un rótulo en la catedral Primada nos recuerda que desde aquí partieron los españoles a buscar un lugar tan mágico como imaginario, lleno de oro. Nunca lo encontraron. Así tenemos miles de historias y anécdotas en común para ser contadas. ¿Por qué negarse a saborear esta rica historia?

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