El COMERCIO de 7 de marzo de 2016, trae en el segmento Cartas al Director, tres opiniones que concuerdan con lo dicho en días anteriores por Enrique Ayala Mora en su columna ‘Glas, el héroe nacional’. En efecto, las alabanzas proferidas en favor del Vicepresidente lo sitúan definitivamente en el pedestal de héroe, a tal punto que todos nos preguntamos: ¿Qué habría sido de nosotros sin el señor Glas en el gobierno? La felicidad de un pueblo es global y abarca una verdadera democracia con división de poderes, libertad de expresión, leyes justas, buenas inversiones, trato decente a los jubilados, respeto a la Seguridad Social, a las Fuerzas Armadas y lo que es mejor, salud y trabajo para tener que comer y cómo educar a los hijos: eso podría llamarse ‘el motor del cambio’. Pero lo que el ecuatoriano tiene en realidad es hambre, miedo e incertidumbre de lo que pasaría por ejemplo con el héroe administrando Solca y curando el cáncer. Felizmente, en la misma edición, El Comercio en su opinión “La corrupción y su huella”, deja claro lo que les está pasando a los héroes de países vecinos, que parece, al fin pagarán sus devaneos y farsas.