El atribulado ciudadano de a pie, debe transitar por toda esta populosa urbe con un cilindro a cuestas, el carrito de metal, o una dócil carretilla, sin que falten algunos con auto o el taxi respectivo… Dicen que sí hay gas pero que lo tienen escondido en las fronteras; otros dicen que se lo contrabandea a como dé lugar.
El combustible escasea en este mágico país petrolero, revolucionario e isla de la paz. ¿Qué dicen las autoridades? Que mantendrán el precio, más los que no consigan con uno que otro camión enviado a la Tribuna de los Shyris, o a la del Sur, que cocinen con otra cosa, o mejor que se arreglen como puedan porque eso no les compete porque son cosas domésticas y ellos están para cosas importantes..
Un buen Gobierno se caracteriza por atender las cosas domésticas pero de interés público. ¡Claro!, si aquellas tienen a su servicio tanta servidumbre y acceso a bombonas estatales, ¿qué les va a importar el destino ciudadano? Muy tibiamente han informado de este hecho la radio, prensa o TV…
¿Cómo cocinarán en sus respectivos domicilios? ¿A quién le compete esto para pedirle audiencia y buscar alivio? Esto demuestra una vez más la poquísima consideración para el ciudadano común y silvestre. Qué importa que pase todo el día clamando por un cilindro de gas para su familia postergada. Qué importa que deje de trabajar y cilindro al hombro salga a mendigar el combustible. ¿Con quién será de hablar?