El Dr. Farith Simon el 5 de octubre en EL COMERCIO publicó “La gran conspiración” en la cual me calumnia, agravia, atenta contra mi honra, honor; y, oculta que en mi contra se dio una gran conspiración, entre un traidor, los tuiteros que lo manejan, politiqueros, banqueros corruptos, etc., que contrataron como sicarios judiciales, a ciertos jueces inmorales y orquestaron una gran campaña publicitaria en mi contra, para inconstitucional e ilegalmente no dejarme ser candidato y menguar en mi credibilidad y afectarme en las elecciones del 2021; pero el pueblo ecuatoriano no les creyó, se dio cuenta que todo era mentira, falacias, solo les faltaba condecorar a este desgobierno, que ha traído hambre, miseria para el Ecuador, han guardado silencio cómplice frente a los más de 30 mil muertos que hubieron en Guayaquil por el covid-19 y la desgracia que ha traído en todo el Ecuador, el pueblo sintió que sirvieron de mucho los cientos de centros de salud, hospitales, que construimos; y, el sistema de salud que fortalecimos, que evitaron que las consecuencias hayan sido más funestas.
Frente a la mentira e infamia, están mis obras, el pueblo sabe que soy un hombre honesto, íntegro, leal; Porque somos correístas, gente buena, trabajadora e íntegra.
En estos 4 años de desgobierno, se han unido la derecha neoliberal, seguidores de FMI, los comisionistas que se han preocupado por pagar la deuda externa antes que pagar la deuda social y una Función Judicial politizada, con ciertos jueces sicarios, inmorales, asesinos de la verdad y la justicia, a los cuales el pueblo no les cree y rechaza toda esta perversidad.
Decir que el 30 de septiembre es una historia falsa, y que es un acto ilegal, haber inscrito las candidaturas correístas para el 2021, del Econ. Arauz y del Ing. Rabascall, es un absurdo; eso evidencia el alma de dictador, conspirador de la democracia y de la verdad de quienes vienen sosteniendo estas patrañas y falsedades; y, se han convertido en cachiporreros y cheerleaders de funcionarios públicos corruptos, inmorales, y los convirtieron en sicarios judiciales, en asesinos de la justicia y la verdad.