Usted ha logrado que se lleva a cabo un gran milagro, la unión de los ecuatorianos.
Impulsado por sus sabatinas se creó un clima de odio y revanchismo entre los que más tienen y los menos favorecidos. Gracias a sus últimas actuaciones y leyes, se han abierto los ojos de los ecuatorianos. Hemos comprendido que solo se reparte lo existente. Que es necesario gente que esté dispuesta a crear e innovar y que solo así se logrará una redistribución de la riqueza, no con base en confiscaciones sino con oportunidades de trabajo que permitan el progreso individual.
Lo que no fue posible políticamente hoy se está logrando con el uso del sentido común. Ya no nos amedrentan sus amenazas, sabemos que la única manera de evitar que sus errores perjudiquen al país es hablando y demostrando nuestra inconformidad y con pleno conocimiento que para ello debemos terminar con lo que usted, para mantenerse en el poder, ha querido propagar, la división.
Hoy sabemos que nuestra unión es la que nos dará la fuerza para decir qué clase de país queremos.