Creatividad, según el diccionario de la RAE, es la facultad de crear. No faltaba más, un Gobierno lleno de funcionarios jóvenes, llenos de títulos, que hasta ayer ostentaban logros personales. De pronto sus exitosas carreras se han cubierto de negros nubarrones, todo por la debacle del negocio petrolero.
Hoy enfrentan el reto de sus vidas, mostrarse creativos en tiempos de crisis, así les ha pedido el líder, cuya estrella se opaca vertiginosamente, en relación directa con la caída de los precios del petróleo. En otros tiempos, los líderes políticos pasaban a la historia por su capacidad para sortear las crisis, por su valentía para tomar decisiones correctas y oportunas, sin mirar de reojo los resultados de las encuestas y no por su capacidad para promover el endeudamiento. No nos interesa financiar un proyecto político que funciona solo cuando hay presupuesto. No es justo hipotecar el futuro de nuestros hijos y nietos. Ante la demostración plausible de ausencia de creatividad, el país exige actuar con responsabilidad.