En 1993, cuando se derrotó a Brasil en las eliminatorias, se demostró que Ecuador podía ser campeón mundial. Se habían unido para ello la ciencia europea (que trajo Draskovic) y la última ciencia de EE.UU.
En Ecuador, alrededor del año 2000, se unió la ciencia inglesa, la estadounidense, rusa y de Europa del Este. La investigación ecuatoriana sobrepasó el experimento más destacado de esta última generación en lo que se refería a ganar resistencia y potencia. Se superó al método del Dr. Tabata de Japón. (…) Entrenadores, directivos, líderes financieros, jugadores: unámonos para hacer de Ecuador el mejor país científico-deportivo y el más próspero en esta área. Hagan como Messi, que comenzó en 2 millones y décadas después gana 300 millones. Eso es entrenar con calidad; pero, el sistema ecuatoriano es mejor que el de Messi. (…) Los líderes del fútbol y otros deportes han hecho una magnífica obra. Sin el sistema que han construido no estuviéramos a un paso de ganar un mundial. Ese paso que falta es la ciencia.