Qué triste ‘victoria’ la del viernes ante Bolivia. Digamos que el penal, que nadie que diga saber de fútbol puede decir que fue, en efecto, penal, fue un regalo de un árbitro completamente incompetente y no un acto de trampa por parte de un Saritama desesperado. ¿Podemos realmente sentirnos satisfechos de haber ganado un partido así? Si el penal fue un regalo, ¿no era justo que la Selección haga todo lo posible por merecerse ganar ese partido, para quitarnos el mal gusto de que hemos ganado solamente gracias al invento del Sr. Juan Soto? A los que dicen “no importa, igual ganamos 3 puntos”, les digo esto: Yo no estoy contenta ni mucho menos orgullosa de haber ganado esos puntos con tanta mediocridad que da pena. No se merecían ganar este partido y tampoco se merecen ir al Mundial así. ¿Para qué? ¿Para hacerlo mediocremente y que todo el mundo aplauda porque ‘pasamos’ o ‘ganamos’? ¿Para qué Rueda y el equipo digan que “Ecuador jugó muy bien”, algo más inventado que el mismo penal? ¿Para confiarnos y llegar al Mundial para salir por las mismas, con una pésima actuación? No, yo no me contento con la mediocridad. No me interesan puntos ganados de esa manera. ¡Qué ejemplo se le dio al país! Yo no voy a ser parte de los que aplauden. Qué lamentable tener que decir esto, pero qué satisfacción decir la verdad, especialmente cuando todos tenemos que aprender a ser honestos, a decir las cosas como son.